Rellenos dérmicos a base de ácido hialurónico
¿Qué son los rellenos dérmicos de ácido hialurónico?
El ácido hialurónico es una sustancia que se encuentra de manera natural en nuestro cuerpo, especialmente en la piel, los cartílagos y los ojos. Su función principal es retener agua y mantener los tejidos hidratados y firmes.
Con el paso del tiempo, la producción natural de ácido hialurónico disminuye, lo que provoca la aparición de arrugas, pérdida de volumen y flacidez en la piel. Los rellenos dérmicos con esta sustancia buscan reponer ese volumen perdido y mejorar la elasticidad de la piel.
Se aplican a través de microinyecciones en áreas específicas del rostro, logrando un efecto rejuvenecedor inmediato y con un aspecto natural.
Beneficios de los rellenos dérmicos de ácido hialurónico
Los rellenos dérmicos son uno de los tratamientos favoritos tanto de médicos estéticos como de pacientes por sus múltiples beneficios. Algunos de los más destacados son:
- Resultados inmediatos y naturales: al aplicarse, el efecto es visible de forma instantánea.
- Procedimiento mínimamente invasivo: no requiere cirugía ni largos tiempos de recuperación.
- Seguridad comprobada: al ser una sustancia que el cuerpo reconoce, el riesgo de rechazo es mínimo.
- Versatilidad: se puede aplicar en distintas áreas del rostro, como labios, pómulos, surcos nasogenianos (líneas de la sonrisa), mentón y ojeras.
- Estimula la hidratación: el ácido hialurónico retiene agua, por lo que la piel luce más fresca y luminosa.
- Duración prolongada: los efectos pueden durar entre 6 y 18 meses, dependiendo del tipo de relleno y del metabolismo de cada persona.
Áreas comunes donde se aplican
Los rellenos dérmicos a base de ácido hialurónico se pueden utilizar en distintas zonas del rostro para mejorar el aspecto y armonizar los rasgos faciales. Las más comunes son:
- Labios: para dar volumen, definir el contorno y mejorar la hidratación.
- Pómulos: aportan proyección y un efecto lifting sin cirugía.
- Surcos nasogenianos: suavizan las líneas profundas entre la nariz y la boca.
- Ojeras: mejoran el aspecto hundido y oscuro de la zona.
- Mentón y mandíbula: ayudan a definir el contorno facial.
- Arrugas finas: como las líneas de marioneta o el código de barras (arrugas sobre los labios).
¿Cuánto tiempo duran los resultados?
La duración de los resultados varía dependiendo de factores como el tipo de relleno, la zona tratada y el estilo de vida del paciente. En promedio, los efectos pueden durar entre 6 meses y 18 meses.
El organismo reabsorbe de manera natural el ácido hialurónico con el tiempo, por lo que es necesario realizar retoques para mantener los resultados.
Cuidados después del tratamiento
Aunque los rellenos dérmicos no requieren un periodo de recuperación largo, es importante seguir algunas recomendaciones para optimizar los resultados:
- Evitar tocar o masajear la zona tratada durante las primeras 24 horas.
- No exponerse al sol, saunas o ejercicio intenso el mismo día de la aplicación.
- Aplicar compresas frías si aparece inflamación o enrojecimiento.
- Mantenerse hidratado y llevar una rutina de cuidado facial adecuada.
Posibles efectos secundarios
Los efectos secundarios suelen ser leves y temporales. Entre los más comunes están:
- Hinchazón ligera en la zona tratada.
- Enrojecimiento o pequeños moretones.
- Sensibilidad al tacto.
Estos síntomas desaparecen en pocos días. Es fundamental acudir siempre a un médico estético certificado para evitar complicaciones y garantizar un resultado seguro y satisfactorio.
¿Quiénes son candidatos para este tratamiento?
Los rellenos dérmicos son ideales para personas que desean mejorar la apariencia de su rostro sin recurrir a procedimientos invasivos. Sin embargo, no son recomendables en los siguientes casos:
- Mujeres embarazadas o en periodo de lactancia.
- Personas con infecciones activas en la piel.
- Pacientes con antecedentes de alergias graves o enfermedades autoinmunes.
Un especialista siempre debe evaluar la salud del paciente antes de realizar el procedimiento.